Conciencia y perfección humana

Jesús Muñoz

Resumen: En el hombre, ser inteligente y capaz de cambio, evolución, desarrollo, es evidente que la propia conformación, fruto de su iniciativa, no puede ser ajena a su conocer intelectual.

Es típico y aun exclusivo de la inteligencia, además de conocer adecuadamente la realidad tanto teórica como práctica, advertir sus posibles modificaciones en orden a su deterioro y a su perfeccionamiento, y, como efecto de ese conocimiento, señalar las normas y modo de acción sobre ella. Y lo que puede respecto de lo demás, lo podrá no menos con relación a sí. Por tanto, en el modificarse, evolucionar, desarrallarse del ser inteligente como tal, esa función indicadora de la inteligencia no podrá faltar.

Ahora bien, para dar el primer paso en ese proceso así autodirigido, el agente tiene que ser ya algo, existir, poseer capacidad de actuar. Esa realidad suya, que va a actuar sobre sí misma, de algún modo será. Ese modo es su estructura, constituida no más que por ser tal cual es simple o compleja, espiritual a material, débil o vigorosa, consistente o lábil. Lo que no es, nada podría hacer.

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